¿Cómo se conocieron?
La pregunta por excelencia que se hace a todas las parejas. Y la respuesta suele ser una historia de amor burbujeante, de ser golpeados en el trasero por la flecha de Cupido. Mi encuentro bonito (bueno, no tan bonito) es ligeramente diferente. Estaba rondando por un barrio adinerado de Beverly Hills, buscando a alguien que me tomara como novia, ya sabes, para poner celosa a mi archienemiga que, en consecuencia, acababa de despedirme. Él estaba dando vueltas por la manzana como una especie de ogro magnífico, murmurando sobre un negocio que había salido mal e intentando salirse con la suya. Y fue entonces cuando nos encontramos. No hubo chispas. Ni siquiera un indicio de amor floreciente. Pero lo siguiente que supe fue que estaba devorando patatas fritas y guacamole gratis, escuchando a este hombre exponer todos sus problemas que lo llevaron a su gran petición... quería que yo fuera su Vivian Ward, ya sabes, la de Pretty Woman, pero sin el comportamiento juguetón.
Hablamos de vivir en una mansión, de citas dobles íntimas y de fingir que estábamos locamente enamorados... y comprometidos. ¿Te imaginas? La audacia absoluta. Pero la gente hace cosas locas cuando está desesperada. Y yo apestaba a desesperación. Así que hice un trato.
Mi único gran error, sin embargo... grande... ¿GRANDE? Accidentalmente
me enamoré del incomparable Huxley Cane.
2. So not meant to be
La pregunta por excelencia que se hace a todas las parejas. Y la respuesta suele ser una historia de amor burbujeante, de ser golpeados en el trasero por la flecha de Cupido. Mi encuentro bonito (bueno, no tan bonito) es ligeramente diferente. Estaba rondando por un barrio adinerado de Beverly Hills, buscando a alguien que me tomara como novia, ya sabes, para poner celosa a mi archienemiga que, en consecuencia, acababa de despedirme. Él estaba dando vueltas por la manzana como una especie de ogro magnífico, murmurando sobre un negocio que había salido mal e intentando salirse con la suya. Y fue entonces cuando nos encontramos. No hubo chispas. Ni siquiera un indicio de amor floreciente. Pero lo siguiente que supe fue que estaba devorando patatas fritas y guacamole gratis, escuchando a este hombre exponer todos sus problemas que lo llevaron a su gran petición... quería que yo fuera su Vivian Ward, ya sabes, la de Pretty Woman, pero sin el comportamiento juguetón.
Hablamos de vivir en una mansión, de citas dobles íntimas y de fingir que estábamos locamente enamorados... y comprometidos. ¿Te imaginas? La audacia absoluta. Pero la gente hace cosas locas cuando está desesperada. Y yo apestaba a desesperación. Así que hice un trato.
¿Soy amiga de JP Cane?
¡Ja! Eso da risa.
Además del hecho de que ha adoptado alguna noción inverosímil de la película
Cuando Harry conoció a Sally que dice que los hombres y las mujeres no pueden
ser amigos y trabajar juntos, es seguro decir que no somos amigos. Es un hombre
muy ruidoso, odiosamente guapo, y ha hecho un arte de tocar todos mis botones
calientes... varias veces al día...varias veces al día.
Así que puedes imaginarte lo disgustada que estoy cuando no sólo tengo
que volar a San Francisco con él por trabajo, sino que me alojo en el mismo
ático. Sí, compartimos el mismo aire, veinticuatro horas al día. Estamos
hablando de compañeros de trabajo en toda regla. El hombre no sabe lo que
significa llevar una camisa, se alimenta de barritas de proteínas y, lo han
adivinado, gime lo suficientemente alto como para que la gente crea que es Meg
Ryan en un restaurante.
Alerta de Spoiler: No voy a tener lo que él está teniendo. Si a esto le añadimos su continuo coqueteo y su pulida apariencia, me encuentro ante una seductora tentación que me hace difícil dormir por la noche. Pero, ¿adivina quién puede controlarse? Esta chica. Porque si hay algo que sé con certeza es que JP Cane y yo no estamos destinados a estar juntos.
3. A long time coming
¡Ja! Eso da risa.
Alerta de Spoiler: No voy a tener lo que él está teniendo. Si a esto le añadimos su continuo coqueteo y su pulida apariencia, me encuentro ante una seductora tentación que me hace difícil dormir por la noche. Pero, ¿adivina quién puede controlarse? Esta chica. Porque si hay algo que sé con certeza es que JP Cane y yo no estamos destinados a estar juntos.
¿Has escuchado hablar alguna vez de un hombre en espera?
Sí, tampoco la futura suegra monstruosa de mi mejor amiga. Perdón, quise decir suegra. Tampoco ha escuchado hablar del término "lo que la novia quiere, la novia lo consigue".
Con los preparativos de la boda en marcha y un calendario muy apretado, mi mejor amiga, Lia, me ha reclutado para que la ayude a luchar contra la bestia arisca que es la señora Beaver. Sin ningún miedo, acepto el reto como su hombre de honor y me pongo manos a la obra.
El único problema es que, cada segundo que pasa hasta la boda, empiezo
a ver a mi mejor amiga de otra manera. Siempre me ha parecido hermosa, pero
ahora...
Me encuentro mirándola demasiado tiempo. Mi mano se demora un minuto más.
¿Y cuando está enfadada? Le permito dormir en mi cama.
Y antes de darme cuenta de lo que está pasando, me golpea como una
tonelada de ladrillos. Estoy enamorado de mi mejor amiga. No sólo enamorado,
sino encaprichado.
Nadie puede compararse a ella y nada parece distraerme de esa
realidad. Ni la chica con la que intento salir mientras ayudo a organizar la
boda de Lia. Ni su prometido enfadado, que cree que me estoy acercando
demasiado.
Y no el plazo inminente de sus nupcias.
Lo que significa que sólo me queda una cosa por hacer. Demostrarle a Lia que soy con quien debería estar. Pero con la presión de su compromiso, el estrés de su futura suegra y los nervios que me cortan la respiración, me está resultando mucho más difícil de lo que me gustaría admitir reclamar a la chica.
Reza una pequeña oración por mí...
Sí, tampoco la futura suegra monstruosa de mi mejor amiga. Perdón, quise decir suegra. Tampoco ha escuchado hablar del término "lo que la novia quiere, la novia lo consigue".
Con los preparativos de la boda en marcha y un calendario muy apretado, mi mejor amiga, Lia, me ha reclutado para que la ayude a luchar contra la bestia arisca que es la señora Beaver. Sin ningún miedo, acepto el reto como su hombre de honor y me pongo manos a la obra.
Me encuentro mirándola demasiado tiempo. Mi mano se demora un minuto más.
¿Y cuando está enfadada? Le permito dormir en mi cama.
Lo que significa que sólo me queda una cosa por hacer. Demostrarle a Lia que soy con quien debería estar. Pero con la presión de su compromiso, el estrés de su futura suegra y los nervios que me cortan la respiración, me está resultando mucho más difícil de lo que me gustaría admitir reclamar a la chica.
- agosto 07, 2023
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